Desde el lunes 27 de julio se comenzará a implementar en el quinto piso de la Posta Central una nueva estrategia de bioseguridad. Mediante el uso de un buzo químico completo con gorro, máscara full face, que reemplaza las antiparras y escudos faciales, cubrebotas y guantes de procedimiento, se busca entregar mayor protección a los funcionarios de atención directa a pacientes COVID, siguiendo los mismos principios de retiro de los EPP, momento que genera mayor riesgo de contaminación.  

Esta estrategia se iniciará en las salas UCI y de Cuidado Intermedio del mismo piso que cuenta con 16 camas equipadas con ventilación mecánica.

Karen Ulloa, Jefa de la Unidad de Infecciones Asociadas a la Atención de Salud (IAAS), explica que esta iniciativa nació en un grupo de innovación que se formó en las reuniones COVID que se llevan a cabo en el hospital dos veces a la semana desde febrero de este año. La enfermera detalla que esta estrategia está liderada por la Dra. Carolina Soto, Cirujana Plástica, “quien estuvo en contacto con anestesistas de la Clínica Santa María, quienes empezaron a vestir a la gente de esta manera. Al grupo se sumó el Químico Farmacéutico Stephan Jarpa quien realizó las tareas de coordinación y desde IAAS dimos las directrices de seguridad que se ha mantenido durante toda la pandemia con los EPP que tenemos”, precisa.

La Jefa de IAAS subraya que esta nueva aproximación no va en desmedro a los demás pisos y servicios clínicos del hospital sino que aporta beneficios dirigidos a limitar la libre circulación de personal entre pisos e instalaciones porque con el buzo no puede transitar fuera del quinto piso. El uso correcto de estos implementos será reforzado con la distribución de un manual que indica paso a paso la utilización de los EPP.